Cómo se hace un Bizcocho

     La base de infinidad de postres, y uno de los pilares de la repostería, es el bizcocho.  Cocido en moldecitos individuales, sustituye a los mejores bollos y magdalenas para el desayuno.  Mezclado con frutas se convierte en un magnífico plum cake, y relleno, glaseado y debidamente emborrachado, será la mejor de las tartas: sana, nutritiva, deliciosa.
     En primer lugar, las proporciones:  el bizcocho básico se compone de huevos, harina, grasa y azúcar.  En general, estos ingredientes intervienen por partes iguales, pero cuando se suprime o disminuye alguno de ellos, los otros deben compensar la falta de aquél.
     El aire es otro elemento indispensable:  es el responsable de que suban, y se consigue a base de levadura (1 cucharadita por cada 100 gramos de harina) o bien con claras batidas a punto de nieve.
     Por último el calor:  los hornos son temperamentales y conviene conocerlos.  En general, es mejor un calor moderado.  Tardará más pero saldrá seguro.  No cedas a la tentación de abrir el horno al principio.

Ingredientes:

3 huevos
175 gramos de harina
2 cucharadas de levadura en polvo
175 gramos de azúcar
175 gramos de mantequilla o margarina

     Se tamiza la harina con la levadura en un cuenco grande templado.  Esto se hace para incorporar aire a la mezcla.
     Se añade el azúcar, los huevos, la grasa y el sabor, si pones alguno, y bate la mezcla hasta que aparezca lisa y sin grumos.
     Se vierte esta masa en un molde previamente engrasado y enharinado.  Se alisa la superficie con la espátula y se mete a horno medio-bajo 1 hora o hasta que haya subido bastante y esté dorado.
     Se deja reposar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar.  Se desmolda y se deja enfriar por completo en una rejilla.
     Para saber si está bien cocido por dentro, lo mejor es clavar una aguja larga en el centro.  Si sale limpia, está hecho.