Ingredientes:
9 huevos
200 gramos de queso gruyére
6 cucharadas de leche
Sal y pimienta
Aceite
50 gramos de mantequilla
50 gramos de queso parmesano rallado
2 cucharadas de pan rallado
Corta el queso gruyére en dados pequeñitos y resérvalos. Bate los huevos en un cuenco, añade la leche y sazónalos con sal y pimienta.
Calienta 8 cucharadas de aceite en una sartén grande y echa los huevos. Revuelve despacio, pero constantemente hasta que cuajen. Un poco antes de terminar, añade el queso cortado en dados.
Reparte la mezcla entre las conchas. Espolvoréalas con el queso rallado mezclado con el pan, pon encima unos trocitos de mantequilla y gratínalas a horno fuerte unos minutos hasta que se doren.
Los huevos revueltos quedan más blandos y jugosos sin no se baten demasiado. Al gratinarlos, procura que el horno esté muy fuerte para que se doren rápidamente sin cocerse más por dentro.
Éste es un plato que no admite espera.
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